IV. Isla de Ometepe

Un paraíso para pasar unos días de relajación ó actividades.

La isla de Ometepe se encuentra en el lago Nicaragua ó también llamado Cocibolca. Tiene dos volcanes, el Concepción (1610 mts.) y el Maderas (1340 mts.).

Me alojé en el Hotel Hacienda Mérida. Un sitio con encanto a la orilla del lago y en la falda del volcán Maderas.
Llegué el martes día 17 justo en la puesta de sol, me acerqué al embarcadero y me quede flipando con el momento…



En el hotel a eso de las 19h. llegan los guías oficiales de la isla, y ofrecen la oferta de actividades posibles para el día siguiente. Kayak por el lago, senderismo, subida a los volcanes, etc. Y son precios ya establecidos, no hay que negociar, pero importante saber que el guía cobra por actividad, independientemente de las personas que se apunten. Por ejemplo: Ascensión al volcán Maderas 20 $. Si voy yo solo pago los 20, pero si vamos dos tocamos a 10 cada uno, pero en esta actividad son 3 personas máximo por guía. Y esto ocurre por todo el país, con lo cual, si viajas solo te sale por un ojo de la cara.

Para el primer día opte por la ascensión al Maderas, ahí va eso, 9 horas!!!, entre subir y bajar. Y casi cinco de subida, mortal. A las dos horas yo estaba tocado, algo mareado, me dio una pájara. Y menos mal que mis compañeros de ascensión, una pareja joven y atlética de Alaska, Alejandra y Adam. Llevaban chocolate y dulces variados, me dieron parte... Que si no es por ellos no puedo continuar. El problema fue que no me leí el libro con las actividades y la información correspondiente. Con lo que solo eche un bocata para comer arriba.

Después de aquello y con las pilas cargadas a disfrutar de lo lindo. Con la nebliselva flipe en colores, cada árbol era como un mundo, lleno de musgo y plantas de todo tipo por su corteza y sus ramas. La niebla hacia que pareciese una peli de terror, los monos en celo gritando, arañas y bichos de todo tipo, IMPRESIONANTE!!!!

Alcanzamos la cima y sacamos el bocata, sin poder bajar a la laguna del cráter y darnos un baño por la niebla, arriba se veía muy poco. Pero después de la ascensión con el bocata y un descanso nos dábamos por satisfechos,
La bajada parecía fácil, pero fue durísima. Las rodillas dolían y los pies se me iban solos. Cogí la liebre un par de veces.

El jueves opte por algo más light, 5 horas en kayak por el lago, por el rio viendo pajaritos y dos islitas con monos. Fue fácil, ya que era un kayak para dos personas, y mi compi era el guía. Con lo que cuando yo hacía fotos solo remaba él, je je. Y como no paré de hacer fotos…. Peeeero!!! Me queme las piernas con el sol. Hasta ampollas me salieron.